JOB
Las calamidades de Job
1
1 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. 2 Y le nacieron siete hijos y tres hijas. 3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales. 4 E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos. 5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
6 Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. 7 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella. 8 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? 9 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? 10 ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. 11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. 12 Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.
13 Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito, 14 y vino un mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos, 15 y acometieron los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para darte la noticia. 16 Aún estaba éste hablando, cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia. 17 Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para darte la noticia. 18 Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; 19 y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia. 20 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, 21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. 22 En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
2
1 Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová. 2 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella. 3 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa? 4 Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. 5 Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. 6 Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.
7 Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. 8 Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.
9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. 10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
11 Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle. 12 Los cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo. 13 Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.
Job maldice el día en que nació
3
1 Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su día. 2 Y exclamó Job, y dijo:
- 3 Perezca el día en que yo nací,
- Y la noche en que se dijo: Varón es concebido.
- 4 Sea aquel día sombrío,
- Y no cuide de él Dios desde arriba,
- Ni claridad sobre él resplandezca.
- 5 Aféenlo tinieblas y sombra de muerte;
- Repose sobre él nublado
- Que lo haga horrible como día caliginoso.
- 6 Ocupe aquella noche la oscuridad;
- No sea contada entre los días del año,
- Ni venga en el número de los meses.
- 7 ¡Oh, que fuera aquella noche solitaria,
- Que no viniera canción alguna en ella!
- 8 Maldíganla los que maldicen el día,
- Los que se aprestan para despertar a Leviatán.
- 9 Oscurézcanse las estrellas de su alba;
- Espere la luz, y no venga,
- Ni vea los párpados de la mañana;
- 10 Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba,
- Ni escondió de mis ojos la miseria.
- 11 ¿Por qué no morí yo en la matriz,
- O expiré al salir del vientre?
- 12 ¿Por qué me recibieron las rodillas?
- ¿Y a qué los pechos para que mamase?
- 13 Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría;
- Dormiría, y entonces tendría descanso,
- 14 Con los reyes y con los consejeros de la tierra,
- Que reedifican para sí ruinas;
- 15 O con los príncipes que poseían el oro,
- Que llenaban de plata sus casas.
- 16 ¿Por qué no fui escondido como abortivo,
- Como los pequeñitos que nunca vieron la luz?
- 17 Allí los impíos dejan de perturbar,
- Y allí descansan los de agotadas fuerzas.
- 18 Allí también reposan los cautivos;
- No oyen la voz del capataz.
- 19 Allí están el chico y el grande,
- Y el siervo libre de su señor.
- 20 ¿Por qué se da luz al trabajado,
- Y vida a los de ánimo amargado,
- 21 Que esperan la muerte, y ella no llega,
- Aunque la buscan más que tesoros;
- 22 Que se alegran sobremanera,
- Y se gozan cuando hallan el sepulcro?
- 23 ¿Por qué se da vida al hombre que no sabe por donde ha de ir,
- Y a quien Dios ha encerrado?
- 24 Pues antes que mi pan viene mi suspiro,
- Y mis gemidos corren como aguas.
- 25 Porque el temor que me espantaba me ha venido,
- Y me ha acontecido lo que yo temía.
- 26 No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado;
- No obstante, me vino turbación.
Elifaz reprende a Job
4
1 Entonces respondió Elifaz temanita, y dijo:
- 2 Si probáremos a hablarte, te será molesto;
- Pero ¿quién podrá detener las palabras?
- 3 He aquí, tú enseñabas a muchos,
- Y fortalecías las manos débiles;
- 4 Al que tropezaba enderezaban tus palabras,
- Y esforzabas las rodillas que decaían.
- 5 Mas ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas;
- Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.
- 6 ¿No es tu temor a Dios tu confianza?
- ¿No es tu esperanza la integridad de tus caminos?
- 7 Recapacita ahora; ¿qué inocente se ha perdido?
- Y ¿en dónde han sido destruidos los rectos?
- 8 Como yo he visto, los que aran iniquidad
- Y siembran injuria, la siegan.
- 9 Perecen por el aliento de Dios,
- Y por el soplo de su ira son consumidos.
- 10 Los rugidos del león, y los bramidos del rugiente,
- Y los dientes de los leoncillos son quebrantados.
- 11 El león viejo perece por falta de presa,
- Y los hijos de la leona se dispersan.
- 12 El asunto también me era a mí oculto;
- Mas mi oído ha percibido algo de ello.
- 13 En imaginaciones de visiones nocturnas,
- Cuando el sueño cae sobre los hombres,
- 14 Me sobrevino un espanto y un temblor,
- Que estremeció todos mis huesos;
- 15 Y al pasar un espíritu por delante de mí,
- Hizo que se erizara el pelo de mi cuerpo.
- 16 Paróse delante de mis ojos un fantasma,
- Cuyo rostro yo no conocí,
- Y quedo, oí que decía:
- 17 ¿Será el hombre más justo que Dios?
- ¿Será el varón más limpio que el que lo hizo?
- 18 He aquí, en sus siervos no confía,
- Y notó necedad en sus ángeles;
- 19 ¡Cuánto más en los que habitan en casas de barro,
- Cuyos cimientos están en el polvo,
- Y que serán quebrantados por la polilla!
- 20 De la mañana a la tarde son destruidos,
- Y se pierden para siempre, sin haber quien repare en ello.
- 21 Su hermosura, ¿no se pierde con ellos mismos?
- Y mueren sin haber adquirido sabiduría.
5
- 1 Ahora, pues, da voces; ¿habrá quien te responda?
- ¿Y a cuál de los santos te volverás?
- 2 Es cierto que al necio lo mata la ira,
- Y al codicioso lo consume la envidia.
- 3 Yo he visto al necio que echaba raíces,
- Y en la misma hora maldije su habitación.
- 4 Sus hijos estarán lejos de la seguridad;
- En la puerta serán quebrantados,
- Y no habrá quien los libre.
- 5 Su mies comerán los hambrientos,
- Y la sacarán de entre los espinos,
- Y los sedientos beberán su hacienda.
- 6 Porque la aflicción no sale del polvo,
- Ni la molestia brota de la tierra.
- 7 Pero como las chispas se levantan para volar por el aire,
- Así el hombre nace para la aflicción.
- 8 Ciertamente yo buscaría a Dios,
- Y encomendaría a él mi causa;
- 9 El cual hace cosas grandes e inescrutables,
- Y maravillas sin número;
- 10 Que da la lluvia sobre la faz de la tierra,
- Y envía las aguas sobre los campos;
- 11 Que pone a los humildes en altura,
- Y a los enlutados levanta a seguridad;
- 12 Que frustra los pensamientos de los astutos,
- Para que sus manos no hagan nada;
- 13 Que prende a los sabios en la astucia de ellos,
- Y frustra los designios de los perversos.
- 14 De día tropiezan con tinieblas,
- Y a mediodía andan a tientas como de noche.
- 15 Así libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos,
- Y de la mano violenta;
- 16 Pues es esperanza al menesteroso,
- Y la iniquidad cerrará su boca.
- 17 He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga;
- Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
- 18 Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará;
- El hiere, y sus manos curan.
- 19 En seis tribulaciones te librará,
- Y en la séptima no te tocará el mal.
- 20 En el hambre te salvará de la muerte,
- Y del poder de la espada en la guerra.
- 21 Del azote de la lengua serás encubierto;
- No temerás la destrucción cuando viniere.
- 22 De la destrucción y del hambre te reirás,
- Y no temerás de las fieras del campo;
- 23 Pues aun con las piedras del campo tendrás tu pacto,
- Y las fieras del campo estarán en paz contigo.
- 24 Sabrás que hay paz en tu tienda;
- Visitarás tu morada, y nada te faltará.
- 25 Asimismo echarás de ver que tu descendencia es mucha,
- Y tu prole como la hierba de la tierra.
- 26 Vendrás en la vejez a la sepultura,
- Como la gavilla de trigo que se recoge a su tiempo.
- 27 He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así;
- Oyelo, y conócelo tú para tu provecho.
Job reprocha la actitud de sus amigos
6
1 Respondió entonces Job, y dijo:
- 2 ¡Oh, que pesasen justamente mi queja y mi tormento,
- Y se alzasen igualmente en balanza!
- 3 Porque pesarían ahora más que la arena del mar;
- Por eso mis palabras han sido precipitadas.
- 4 Porque las saetas del Todopoderoso están en mí,
- Cuyo veneno bebe mi espíritu;
- Y terrores de Dios me combaten.
- 5 ¿Acaso gime el asno montés junto a la hierba?
- ¿Muge el buey junto a su pasto?
- 6 ¿Se comerá lo desabrido sin sal?
- ¿Habrá gusto en la clara del huevo?
- 7 Las cosas que mi alma no quería tocar,
- Son ahora mi alimento.
- 8 ¡Quién me diera que viniese mi petición,
- Y que me otorgase Dios lo que anhelo,
- 9 Y que agradara a Dios quebrantarme;
- Que soltara su mano, y acabara conmigo!
- 10 Sería aún mi consuelo,
- Si me asaltase con dolor sin dar más tregua,
- Que yo no he escondido las palabras del Santo.
- 11 ¿Cuál es mi fuerza para esperar aún?
- ¿Y cuál mi fin para que tenga aún paciencia?
- 12 ¿Es mi fuerza la de las piedras,
- O es mi carne de bronce?
- 13 ¿No es así que ni aun a mí mismo me puedo valer,
- Y que todo auxilio me ha faltado?
- 14 El atribulado es consolado por su compañero;
- Aun aquel que abandona el temor del Omnipotente.
- 15 Pero mis hermanos me traicionaron como un torrente;
- Pasan como corrientes impetuosas
- 16 Que están escondidas por la helada,
- Y encubiertas por la nieve;
- 17 Que al tiempo del calor son deshechas,
- Y al calentarse, desaparecen de su lugar;
- 18 Se apartan de la senda de su rumbo,
- Van menguando, y se pierden.
- 19 Miraron los caminantes de Temán,
- Los caminantes de Sabá esperaron en ellas;
- 20 Pero fueron avergonzados por su esperanza;
- Porque vinieron hasta ellas, y se hallaron confusos.
- 21 Ahora ciertamente como ellas sois vosotros;
- Pues habéis visto el tormento, y teméis.
- 22 ¿Os he dicho yo: Traedme,
- Y pagad por mí de vuestra hacienda;
- 23 Libradme de la mano del opresor,
- Y redimidme del poder de los violentos?
- 24 Enseñadme, y yo callaré;
- Hacedme entender en qué he errado.
- 25 ¡Cuán eficaces son las palabras rectas!
- Pero ¿qué reprende la censura vuestra?
- 26 ¿Pensáis censurar palabras,
- Y los discursos de un desesperado, que son como el viento?
- 27 También os arrojáis sobre el huérfano,
- Y caváis un hoyo para vuestro amigo.
- 28 Ahora, pues, si queréis, miradme,
- Y ved si digo mentira delante de vosotros.
- 29 Volved ahora, y no haya iniquidad;
- Volved aún a considerar mi justicia en esto.
- 30 ¿Hay iniquidad en mi lengua?
- ¿Acaso no puede mi paladar discernir las cosas inicuas?
Job argumenta contra Dios
7
- 1 ¿No es acaso brega la vida del hombre sobre la tierra,
- Y sus días como los días del jornalero?
- 2 Como el siervo suspira por la sombra,
- Y como el jornalero espera el reposo de su trabajo,
- 3 Así he recibido meses de calamidad,
- Y noches de trabajo me dieron por cuenta.
- 4 Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré?
- Mas la noche es larga, y estoy lleno de inquietudes hasta el alba.
- 5 Mi carne está vestida de gusanos, y de costras de polvo;
- Mi piel hendida y abominable.
- 6 Y mis días fueron más veloces que la lanzadera del tejedor,
- Y fenecieron sin esperanza.
- 7 Acuérdate que mi vida es un soplo,
- Y que mis ojos no volverán a ver el bien.
- 8 Los ojos de los que me ven, no me verán más;
- Fijarás en mí tus ojos, y dejaré de ser.
- 9 Como la nube se desvanece y se va,
- Así el que desciende al Seol no subirá;
- 10 No volverá más a su casa,
- Ni su lugar le conocerá más.
- 11 Por tanto, no refrenaré mi boca;
- Hablaré en la angustia de mi espíritu,
- Y me quejaré con la amargura de mi alma.
- 12 ¿Soy yo el mar, o un monstruo marino,
- Para que me pongas guarda?
- 13 Cuando digo: Me consolará mi lecho,
- Mi cama atenuará mis quejas;
- 14 Entonces me asustas con sueños,
- Y me aterras con visiones.
- 15 Y así mi alma tuvo por mejor la estrangulación,
- Y quiso la muerte más que mis huesos.
- 16 Abomino de mi vida; no he de vivir para siempre;
- Déjame, pues, porque mis días son vanidad.
- 17 ¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas,
- Y para que pongas sobre él tu corazón,
- 18 Y lo visites todas las mañanas,
- Y todos los momentos lo pruebes?
- 19 ¿Hasta cuándo no apartarás de mí tu mirada,
- Y no me soltarás siquiera hasta que trague mi saliva?
- 20 Si he pecado, ¿qué puedo hacerte a ti, oh Guarda de los hombres?
- ¿Por qué me pones por blanco tuyo,
- Hasta convertirme en una carga para mí mismo?
- 21 ¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad?
- Porque ahora dormiré en el polvo,
- Y si me buscares de mañana, ya no existiré.
Bildad proclama la justicia de Dios
8
1 Respondió Bildad suhita, y dijo:
- 2 ¿Hasta cuándo hablarás tales cosas,
- Y las palabras de tu boca serán como viento impetuoso?
- 3 ¿Acaso torcerá Dios el derecho,
- O pervertirá el Todopoderoso la justicia?
- 4 Si tus hijos pecaron contra él,
- El los echó en el lugar de su pecado.
- 5 Si tú de mañana buscares a Dios,
- Y rogares al Todopoderoso;
- 6 Si fueres limpio y recto,
- Ciertamente luego se despertará por ti,
- Y hará próspera la morada de tu justicia.
- 7 Y aunque tu principio haya sido pequeño,
- Tu postrer estado será muy grande.
- 8 Porque pregunta ahora a las generaciones pasadas,
- Y disponte para inquirir a los padres de ellas;
- 9 Pues nosotros somos de ayer, y nada sabemos,
- Siendo nuestros días sobre la tierra como sombra.
- 10 ¿No te enseñarán ellos, te hablarán,
- Y de su corazón sacarán palabras?
- 11 ¿Crece el junco sin lodo?
- ¿Crece el prado sin agua?
- 12 Aun en su verdor, y sin haber sido cortado,
- Con todo, se seca primero que toda hierba.
- 13 Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios;
- Y la esperanza del impío perecerá;
- 14 Porque su esperanza será cortada,
- Y su confianza es tela de araña.
- 15 Se apoyará él en su casa, mas no permanecerá ella en pie;
- Se asirá de ella, mas no resistirá.
- 16 A manera de un árbol está verde delante del sol,
- Y sus renuevos salen sobre su huerto;
- 17 Se van entretejiendo sus raíces junto a una fuente,
- Y enlazándose hasta un lugar pedregoso.
- 18 Si le arrancaren de su lugar,
- Este le negará entonces, diciendo: Nunca te vi.
- 19 Ciertamente este será el gozo de su camino;
- Y del polvo mismo nacerán otros.
- 20 He aquí, Dios no aborrece al perfecto,
- Ni apoya la mano de los malignos.
- 21 Aún llenará tu boca de risa,
- Y tus labios de júbilo.
- 22 Los que te aborrecen serán vestidos de confusión;
- Y la habitación de los impíos perecerá.
Incapacidad de Job para responder a Dios
9
1 Respondió Job, y dijo:
- 2 Ciertamente yo sé que es así;
- ¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?
- 3 Si quisiere contender con él,
- No le podrá responder a una cosa entre mil.
- 4 El es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas;
- ¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?
- 5 El arranca los montes con su furor,
- Y no saben quién los trastornó;
- 6 El remueve la tierra de su lugar,
- Y hace temblar sus columnas;
- 7 El manda al sol, y no sale;
- Y sella las estrellas;
- 8 El solo extendió los cielos,
- Y anda sobre las olas del mar;
- 9 El hizo la Osa, el Orión y las Pléyades,
- Y los lugares secretos del sur;
- 10 El hace cosas grandes e incomprensibles,
- Y maravillosas, sin número.
- 11 He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré;
- Pasará, y no lo entenderé.
- 12 He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir?
- ¿Quién le dirá: ¿Qué haces?
- 13 Dios no volverá atrás su ira,
- Y debajo de él se abaten los que ayudan a los soberbios.
- 14 ¿Cuánto menos le responderé yo,
- Y hablaré con él palabras escogidas?
- 15 Aunque fuese yo justo, no respondería;
- Antes habría de rogar a mi juez.
- 16 Si yo le invocara, y él me respondiese,
- Aún no creeré que haya escuchado mi voz.
- 17 Porque me ha quebrantado con tempestad,
- Y ha aumentado mis heridas sin causa.
- 18 No me ha concedido que tome aliento,
- Sino que me ha llenado de amarguras.
- 19 Si habláremos de su potencia, por cierto es fuerte;
- Si de juicio, ¿quién me emplazará?
- 20 Si yo me justificare, me condenaría mi boca;
- Si me dijere perfecto, esto me haría inicuo.
- 21 Si fuese íntegro, no haría caso de mí mismo;
- Despreciaría mi vida.
- 22 Una cosa resta que yo diga:
- Al perfecto y al impío él los consume.
- 23 Si azote mata de repente,
- Se ríe del sufrimiento de los inocentes.
- 24 La tierra es entregada en manos de los impíos,
- Y él cubre el rostro de sus jueces.
- Si no es él, ¿quién es? ¿Dónde está?
- 25 Mis días han sido más ligeros que un correo;
- Huyeron, y no vieron el bien.
- 26 Pasaron cual naves veloces;
- Como el águila que se arroja sobre la presa.
- 27 Si yo dijere: Olvidaré mi queja,
- Dejaré mi triste semblante, y me esforzaré,
- 28 Me turban todos mis dolores;
- Sé que no me tendrás por inocente.
- 29 Yo soy impío;
- ¿Para qué trabajaré en vano?
- 30 Aunque me lave con aguas de nieve,
- Y limpie mis manos con la limpieza misma,
- 31 Aún me hundirás en el hoyo,
- Y mis propios vestidos me abominarán.
- 32 Porque no es hombre como yo, para que yo le responda,
- Y vengamos juntamente a juicio.
- 33 No hay entre nosotros árbitro
- Que ponga su mano sobre nosotros dos.
- 34 Quite de sobre mí su vara,
- Y su terror no me espante.
- 35 Entonces hablaré, y no le temeré;
- Porque en este estado no estoy en mí.
Job lamenta su condición
10
- 1 Está mi alma hastiada de mi vida;
- Daré libre curso a mi queja,
- Hablaré con amargura de mi alma.
- 2 Diré a Dios: No me condenes;
- Hazme entender por qué contiendes conmigo.
- 3 ¿Te parece bien que oprimas,
- Que deseches la obra de tus manos,
- Y que favorezcas los designios de los impíos?
- 4 ¿Tienes tú acaso ojos de carne?
- ¿Ves tú como ve el hombre?
- 5 ¿Son tus días como los días del hombre,
- O tus años como los tiempos humanos,
- 6 Para que inquieras mi iniquidad,
- Y busques mi pecado,
- 7 Aunque tú sabes que no soy impío,
- Y que no hay quien de tu mano me libre?
- 8 Tus manos me hicieron y me formaron;
- ¿Y luego te vuelves y me deshaces?
- 9 Acuérdate que como a barro me diste forma;
- ¿Y en polvo me has de volver?
- 10 ¿No me vaciaste como leche,
- Y como queso me cuajaste?
- 11 Me vestiste de piel y carne,
- Y me tejiste con huesos y nervios.
- 12 Vida y misericordia me concediste,
- Y tu cuidado guardó mi espíritu.
- 13 Estas cosas tienes guardadas en tu corazón;
- Yo sé que están cerca de ti.
- 14 Si pequé, tú me has observado,
- Y no me tendrás por limpio de mi iniquidad.
- 15 Si fuere malo, ¡ay de mí!
- Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza,
- Estando hastiado de deshonra, y de verme afligido.
- 16 Si mi cabeza se alzare, cual león tú me cazas;
- Y vuelves a hacer en mí maravillas.
- 17 Renuevas contra mí tus pruebas,
- Y aumentas conmigo tu furor como tropas de relevo.
- 18 ¿Por qué me sacaste de la matriz?
- Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría visto.
- 19 Fuera como si nunca hubiera existido,
- Llevado del vientre a la sepultura.
- 20 ¿No son pocos mis días?
- Cesa, pues, y déjame, para que me consuele un poco,
- 21 Antes que vaya para no volver,
- A la tierra de tinieblas y de sombra de muerte;
- 22 Tierra de oscuridad, lóbrega,
- Como sombra de muerte y sin orden,
- Y cuya luz es como densas tinieblas.
Zofar acusa de maldad a Job
11
1 Respondió Zofar naamatita, y dijo:
- 2 ¿Las muchas palabras no han de tener respuesta?
- ¿Y el hombre que habla mucho será justificado?
- 3 ¿Harán tus falacias callar a los hombres?
- ¿Harás escarnio y no habrá quien te avergüence?
- 4 Tú dices: Mi doctrina es pura,
- Y yo soy limpio delante de tus ojos.
- 5 Mas ¡oh, quién diera que Dios hablara,
- Y abriera sus labios contigo,
- 6 Y te declarara los secretos de la sabiduría,
- Que son de doble valor que las riquezas!
- Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece.
- 7 ¿Descubrirás tú los secretos de Dios?
- ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?
- 8 Es más alta que los cielos; ¿qué harás?
- Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás?
- 9 Su dimensión es más extensa que la tierra,
- Y más ancha que el mar.
- 10 Si él pasa, y aprisiona, y llama a juicio,
- ¿Quién podrá contrarrestarle?
- 11 Porque él conoce a los hombres vanos;
- Ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso?
- 12 El hombre vano se hará entendido,
- Cuando un pollino de asno montés nazca hombre.
- 13 Si tú dispusieres tu corazón,
- Y extendieres a él tus manos;
- 14 Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti,
- Y no consintieres que more en tu casa la injusticia,
- 15 Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha,
- Y serás fuerte, y nada temerás;
- 16 Y olvidarás tu miseria,
- O te acordarás de ella como de aguas que pasaron.
- 17 La vida te será más clara que el mediodía;
- Aunque oscureciere, será como la mañana.
- 18 Tendrás confianza, porque hay esperanza;
- Mirarás alrededor, y dormirás seguro.
- 19 Te acostarás, y no habrá quien te espante;
- Y muchos suplicarán tu favor.
- 20 Pero los ojos de los malos se consumirán,
- Y no tendrán refugio;
- Y su esperanza será dar su último suspiro.
Job proclama el poder y la sabiduría de Dios
12
1 Respondió entonces Job, diciendo:
- 2 Ciertamente vosotros sois el pueblo,
- Y con vosotros morirá la sabiduría.
- 3 También tengo yo entendimiento como vosotros;
- No soy yo menos que vosotros;
- ¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto?
- 4 Yo soy uno de quien su amigo se mofa,
- Que invoca a Dios, y él le responde;
- Con todo, el justo y perfecto es escarnecido.
- 5 Aquel cuyos pies van a resbalar
- Es como una lámpara despreciada de aquel que está a sus anchas.
- 6 Prosperan las tiendas de los ladrones,
- Y los que provocan a Dios viven seguros,
- En cuyas manos él ha puesto cuanto tienen.
- 7 Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán;
- A las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán;
- 8 O habla a la tierra, y ella te enseñará;
- Los peces del mar te lo declararán también.
- 9 ¿Qué cosa de todas estas no entiende
- Que la mano de Jehová la hizo?
- 10 En su mano está el alma de todo viviente,
- Y el hálito de todo el género humano.
- 11 Ciertamente el oído distingue las palabras,
- Y el paladar gusta las viandas.
- 12 En los ancianos está la ciencia,
- Y en la larga edad la inteligencia.
- 13 Con Dios está la sabiduría y el poder;
- Suyo es el consejo y la inteligencia.
- 14 Si él derriba, no hay quien edifique;
- Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.
- 15 Si él detiene las aguas, todo se seca;
- Si las envía, destruyen la tierra.
- 16 Con él está el poder y la sabiduría;
- Suyo es el que yerra, y el que hace errar.
- 17 El hace andar despojados de consejo a los consejeros,
- Y entontece a los jueces.
- 18 El rompe las cadenas de los tiranos,
- Y les ata una soga a sus lomos.
- 19 El lleva despojados a los príncipes,
- Y trastorna a los poderosos.
- 20 Priva del habla a los que dicen verdad,
- Y quita a los ancianos el consejo.
- 21 El derrama menosprecio sobre los príncipes,
- Y desata el cinto de los fuertes.
- 22 El descubre las profundidades de las tinieblas,
- Y saca a luz la sombra de muerte.
- 23 El multiplica las naciones, y él las destruye;
- Esparce a las naciones, y las vuelve a reunir.
- 24 El quita el entendimiento a los jefes del pueblo de la tierra,
- Y los hace vagar como por un yermo sin camino.
- 25 Van a tientas, como en tinieblas y sin luz,
- Y los hace errar como borrachos.
Job defiende su integridad
13
- 1 He aquí que todas estas cosas han visto mis ojos,
- Y oído y entendido mis oídos.
- 2 Como vosotros lo sabéis, lo sé yo;
- No soy menos que vosotros.
- 3 Mas yo hablaría con el Todopoderoso,
- Y querría razonar con Dios.
- 4 Porque ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira;
- Sois todos vosotros médicos nulos.
- 5 Ojalá callarais por completo,
- Porque esto os fuera sabiduría.
- 6 Oíd ahora mi razonamiento,
- Y estad atentos a los argumentos de mis labios.
- 7 ¿Hablaréis iniquidad por Dios?
- ¿Hablaréis por él engaño?
- 8 ¿Haréis acepción de personas a su favor?
- ¿Contenderéis vosotros por Dios?
- 9 ¿Sería bueno que él os escudriñase?
- ¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre?
- 10 El os reprochará de seguro,
- Si solapadamente hacéis acepción de personas.
- 11 De cierto su alteza os habría de espantar,
- Y su pavor habría de caer sobre vosotros.
- 12 Vuestras máximas son refranes de ceniza,
- Y vuestros baluartes son baluartes de lodo.
- 13 Escuchadme, y hablaré yo,
- Y que me venga después lo que viniere.
- 14 ¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes,
- Y tomaré mi vida en mi mano?
- 15 He aquí, aunque él me matare, en él esperaré;
- No obstante, defenderé delante de él mis caminos,
- 16 Y él mismo será mi salvación,
- Porque no entrará en su presencia el impío.
- 17 Oíd con atención mi razonamiento,
- Y mi declaración entre en vuestros oídos.
- 18 He aquí ahora, si yo expusiere mi causa,
- Sé que seré justificado.
- 19 ¿Quién es el que contenderá conmigo?
- Porque si ahora yo callara, moriría.
- 20 A lo menos dos cosas no hagas conmigo;
- Entonces no me esconderé de tu rostro:
- 21 Aparta de mí tu mano,
- Y no me asombre tu terror.
- 22 Llama luego, y yo responderé;
- O yo hablaré, y respóndeme tú.
- 23 ¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo?
- Hazme entender mi transgresión y mi pecado.
- 24 ¿Por qué escondes tu rostro,
- Y me cuentas por tu enemigo?
- 25 ¿A la hoja arrebatada has de quebrantar,
- Y a una paja seca has de perseguir?
- 26 ¿Por qué escribes contra mí amarguras,
- Y me haces cargo de los pecados de mi juventud?
- 27 Pones además mis pies en el cepo, y observas todos mis caminos,
- Trazando un límite para las plantas de mis pies.
- 28 Y mi cuerpo se va gastando como de carcoma,
- Como vestido que roe la polilla.
Job discurre sobre la brevedad de la vida
14
- 1 El hombre nacido de mujer,
- Corto de días, y hastiado de sinsabores,
- 2 Sale como una flor y es cortado,
- Y huye como la sombra y no permanece.
- 3 ¿Sobre éste abres tus ojos,
- Y me traes a juicio contigo?
- 4 ¿Quién hará limpio a lo inmundo?
- Nadie.
- 5 Ciertamente sus días están determinados,
- Y el número de sus meses está cerca de ti;
- Le pusiste límites, de los cuales no pasará.
- 6 Si tú lo abandonares, él dejará de ser;
- Entre tanto deseará, como el jornalero, su día.
- 7 Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza;
- Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán.
- 8 Si se envejeciere en la tierra su raíz,
- Y su tronco fuere muerto en el polvo,
- 9 Al percibir el agua reverdecerá,
- Y hará copa como planta nueva.
- 10 Mas el hombre morirá, y será cortado;
- Perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?
- 11 Como las aguas se van del mar,
- Y el río se agota y se seca,
- 12 Así el hombre yace y no vuelve a levantarse;
- Hasta que no haya cielo, no despertarán,
- Ni se levantarán de su sueño.
- 13 ¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol,
- Que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira,
- Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!
- 14 Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?
- Todos los días de mi edad esperaré,
- Hasta que venga mi liberación.
- 15 Entonces llamarás, y yo te responderé;
- Tendrás afecto a la hechura de tus manos.
- 16 Pero ahora me cuentas los pasos,
- Y no das tregua a mi pecado;
- 17 Tienes sellada en saco mi prevaricación,
- Y tienes cosida mi iniquidad.
- 18 Ciertamente el monte que cae se deshace,
- Y las peñas son removidas de su lugar;
- 19 Las piedras se desgastan con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra;
- De igual manera haces tú perecer la esperanza del hombre.
- 20 Para siempre serás más fuerte que él, y él se va;
- Demudarás su rostro, y le despedirás.
- 21 Sus hijos tendrán honores, pero él no lo sabrá;
- O serán humillados, y no entenderá de ello.
- 22 Mas su carne sobre él se dolerá,
- Y se entristecerá en él su alma.
Elifaz reprende a Job
15
1 Respondió Elifaz temanita, y dijo:
- 2 ¿Proferirá el sabio vana sabiduría,
- Y llenará su vientre de viento solano?
- 3 ¿Disputará con palabras inútiles,
- Y con razones sin provecho?
- 4 Tú también disipas el temor,
- Y menoscabas la oración delante de Dios.
- 5 Porque tu boca declaró tu iniquidad,
- Pues has escogido el hablar de los astutos.
- 6 Tu boca te condenará, y no yo;
- Y tus labios testificarán contra ti.
- 7 ¿Naciste tú primero que Adán?
- ¿O fuiste formado antes que los collados?
- 8 ¿Oíste tú el secreto de Dios,
- Y está limitada a ti la sabiduría?
- 9 ¿Qué sabes tú que no sepamos?
- ¿Qué entiendes tú que no se halle en nosotros?
- 10 Cabezas canas y hombres muy ancianos hay entre nosotros,
- Mucho más avanzados en días que tu padre.
- 11 ¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios,
- Y las palabras que con dulzura se te dicen?
- 12 ¿Por qué tu corazón te aleja,
- Y por qué guiñan tus ojos,
- 13 Para que contra Dios vuelvas tu espíritu,
- Y saques tales palabras de tu boca?
- 14 ¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio,
- Y para que se justifique el nacido de mujer?
- 15 He aquí, en sus santos no confía,
- Y ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos;
- 16 ¿Cuánto menos el hombre abominable y vil,
- Que bebe la iniquidad como agua?
- 17 Escúchame; yo te mostraré,
- Y te contaré lo que he visto;
- 18 Lo que los sabios nos contaron
- De sus padres, y no lo encubrieron;
- 19 A quienes únicamente fue dada la tierra,
- Y no pasó extraño por en medio de ellos.
- 20 Todos sus días, el impío es atormentado de dolor,
- Y el número de sus años está escondido para el violento.
- 21 Estruendos espantosos hay en sus oídos;
- En la prosperidad el asolador vendrá sobre él.
- 22 El no cree que volverá de las tinieblas,
- Y descubierto está para la espada.
- 23 Vaga alrededor tras el pan, diciendo: ¿En dónde está?
- Sabe que le está preparado día de tinieblas.
- 24 Tribulación y angustia le turbarán,
- Y se esforzarán contra él como un rey dispuesto para la batalla,
- 25 Por cuanto él extendió su mano contra Dios,
- Y se portó con soberbia contra el Todopoderoso.
- 26 Corrió contra él con cuello erguido,
- Con la espesa barrera de sus escudos.
- 27 Porque la gordura cubrió su rostro,
- E hizo pliegues sobre sus ijares;
- 28 Y habitó las ciudades asoladas,
- Las casas inhabitadas,
- Que estaban en ruinas.
- 29 No prosperará, ni durarán sus riquezas,
- Ni extenderá por la tierra su hermosura.
- 30 No escapará de las tinieblas;
- La llama secará sus ramas,
- Y con el aliento de su boca perecerá.
- 31 No confíe el iluso en la vanidad,
- Porque ella será su recompensa.
- 32 El será cortado antes de su tiempo,
- Y sus renuevos no reverdecerán.
- 33 Perderá su agraz como la vid,
- Y derramará su flor como el olivo.
- 34 Porque la congregación de los impíos será asolada,
- Y fuego consumirá las tiendas de soborno.
- 35 Concibieron dolor, dieron a luz iniquidad,
- Y en sus entrañas traman engaño.
Job se queja contra Dios
16
1 Respondió Job, y dijo:
- 2 Muchas veces he oído cosas como estas;
- Consoladores molestos sois todos vosotros.
- 3 ¿Tendrán fin las palabras vacías?
- ¿O qué te anima a responder?
- 4 También yo podría hablar como vosotros,
- Si vuestra alma estuviera en lugar de la mía;
- Yo podría hilvanar contra vosotros palabras,
- Y sobre vosotros mover mi cabeza.
- 5 Pero yo os alentaría con mis palabras,
- Y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor.
- 6 Si hablo, mi dolor no cesa;
- Y si dejo de hablar, no se aparta de mí.
- 7 Pero ahora tú me has fatigado;
- Has asolado toda mi compañía.
- 8 Tú me has llenado de arrugas; testigo es mi flacura,
- Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.
- 9 Su furor me despedazó, y me ha sido contrario;
- Crujió sus dientes contra mí;
- Contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.
- 10 Abrieron contra mí su boca;
- Hirieron mis mejillas con afrenta;
- Contra mí se juntaron todos.
- 11 Me ha entregado Dios al mentiroso,
- Y en las manos de los impíos me hizo caer.
- 12 Próspero estaba, y me desmenuzó;
- Me arrebató por la cerviz y me despedazó,
- Y me puso por blanco suyo.
- 13 Me rodearon sus flecheros,
- Partió mis riñones, y no perdonó;
- Mi hiel derramó por tierra.
- 14 Me quebrantó de quebranto en quebranto;
- Corrió contra mí como un gigante.
- 15 Cosí cilicio sobre mi piel,
- Y puse mi cabeza en el polvo.
- 16 Mi rostro está inflamado con el lloro,
- Y mis párpados entenebrecidos,
- 17 A pesar de no haber iniquidad en mis manos,
- Y de haber sido mi oración pura.
- 18 ¡Oh tierra! no cubras mi sangre,
- Y no haya lugar para mi clamor.
- 19 Mas he aquí que en los cielos está mi testigo,
- Y mi testimonio en las alturas.
- 20 Disputadores son mis amigos;
- Mas ante Dios derramaré mis lágrimas.
- 21 ¡Ojalá pudiese disputar el hombre con Dios,
- Como con su prójimo!
- 22 Mas los años contados vendrán,
- Y yo iré por el camino de donde no volveré.
17
- 1 Mi aliento se agota, se acortan mis días,
- Y me está preparado el sepulcro.
- 2 No hay conmigo sino escarnecedores,
- En cuya amargura se detienen mis ojos.
- 3 Dame fianza, oh Dios; sea mi protección cerca de ti.
- Porque ¿quién querría responder por mí?
- 4 Porque a éstos has escondido de su corazón la inteligencia;
- Por tanto, no los exaltarás.
- 5 Al que denuncia a sus amigos como presa,
- Los ojos de sus hijos desfallecerán.
- 6 El me ha puesto por refrán de pueblos,
- Y delante de ellos he sido como tamboril.
- 7 Mis ojos se oscurecieron por el dolor,
- Y mis pensamientos todos son como sombra.
- 8 Los rectos se maravillarán de esto,
- Y el inocente se levantará contra el impío.
- 9 No obstante, proseguirá el justo su camino,
- Y el limpio de manos aumentará la fuerza.
- 10 Pero volved todos vosotros, y venid ahora,
- Y no hallaré entre vosotros sabio.
- 11 Pasaron mis días, fueron arrancados mis pensamientos,
- Los designios de mi corazón.
- 12 Pusieron la noche por día,
- Y la luz se acorta delante de las tinieblas.
- 13 Si yo espero, el Seol es mi casa;
- Haré mi cama en las tinieblas.
- 14 A la corrupción he dicho: Mi padre eres tú;
- A los gusanos: Mi madre y mi hermana.
- 15 ¿Dónde, pues, estará ahora mi esperanza?
- Y mi esperanza, ¿quién la verá?
- 16 A la profundidad del Seol descenderán,
- Y juntamente descansarán en el polvo.
Bildad describe la suerte de los malos
18
1 Respondió Bildad suhita, y dijo:
- 2 ¿Cuándo pondréis fin a las palabras?
- Entended, y después hablemos.
- 3 ¿Por qué somos tenidos por bestias,
- Y a vuestros ojos somos viles?
- 4 Oh tú, que te despedazas en tu furor,
- ¿Será abandonada la tierra por tu causa,
- Y serán removidas de su lugar las peñas?
- 5 Ciertamente la luz de los impíos será apagada,
- Y no resplandecerá la centella de su fuego.
- 6 La luz se oscurecerá en su tienda,
- Y se apagará sobre él su lámpara.
- 7 Sus pasos vigorosos serán acortados,
- Y su mismo consejo lo precipitará.
- 8 Porque red será echada a sus pies,
- Y sobre mallas andará.
- 9 Lazo prenderá su calcañar;
- Se afirmará la trampa contra él.
- 10 Su cuerda está escondida en la tierra,
- Y una trampa le aguarda en la senda.
- 11 De todas partes lo asombrarán temores,
- Y le harán huir desconcertado.
- 12 Serán gastadas de hambre sus fuerzas,
- Y a su lado estará preparado quebrantamiento.
- 13 La enfermedad roerá su piel,
- Y a sus miembros devorará el primogénito de la muerte.
- 14 Su confianza será arrancada de su tienda,
- Y al rey de los espantos será conducido.
- 15 En su tienda morará como si no fuese suya;
- Piedra de azufre será esparcida sobre su morada.
- 16 Abajo se secarán sus raíces,
- Y arriba serán cortadas sus ramas.
- 17 Su memoria perecerá de la tierra,
- Y no tendrá nombre por las calles.
- 18 De la luz será lanzado a las tinieblas,
- Y echado fuera del mundo.
- 19 No tendrá hijo ni nieto en su pueblo,
- Ni quien le suceda en sus moradas.
- 20 Sobre su día se espantarán los de occidente,
- Y pavor caerá sobre los de oriente.
- 21 Ciertamente tales son las moradas del impío,
- Y este será el lugar del que no conoció a Dios.
Job confía en que Dios lo justificará
19
1 Respondió entonces Job, y dijo:
- 2 ¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma,
- Y me moleréis con palabras?
- 3 Ya me habéis vituperado diez veces;
- ¿No os avergonzáis de injuriarme?
- 4 Aun siendo verdad que yo haya errado,
- Sobre mí recaería mi error.
- 5 Pero si vosotros os engrandecéis contra mí,
- Y contra mí alegáis mi oprobio,
- 6 Sabed ahora que Dios me ha derribado,
- Y me ha envuelto en su red.
- 7 He aquí, yo clamaré agravio, y no seré oído;
- Daré voces, y no habrá juicio.
- 8 Cercó de vallado mi camino, y no pasaré;
- Y sobre mis veredas puso tinieblas.
- 9 Me ha despojado de mi gloria,
- Y quitado la corona de mi cabeza.
- 10 Me arruinó por todos lados, y perezco;
- Y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado.
- 11 Hizo arder contra mí su furor,
- Y me contó para sí entre sus enemigos.
- 12 Vinieron sus ejércitos a una, y se atrincheraron en mí,
- Y acamparon en derredor de mi tienda.
- 13 Hizo alejar de mí a mis hermanos,
- Y mis conocidos como extraños se apartaron de mí.
- 14 Mis parientes se detuvieron,
- Y mis conocidos se olvidaron de mí.
- 15 Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño;
- Forastero fui yo a sus ojos.
- 16 Llamé a mi siervo, y no respondió;
- De mi propia boca le suplicaba.
- 17 Mi aliento vino a ser extraño a mi mujer,
- Aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba.
- 18 Aun los muchachos me menospreciaron;
- Al levantarme, hablaban contra mí.
- 19 Todos mis íntimos amigos me aborrecieron,
- Y los que yo amaba se volvieron contra mí.
- 20 Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos,
- Y he escapado con sólo la piel de mis dientes.
- 21 ¡Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí!
- Porque la mano de Dios me ha tocado.
- 22 ¿Por qué me perseguís como Dios,
- Y ni aun de mi carne os saciáis?
- 23 ¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas!
- ¡Quién diese que se escribiesen en un libro;
- 24 Que con cincel de hierro y con plomo
- Fuesen esculpidas en piedra para siempre!
- 25 Yo sé que mi Redentor vive,
- Y al fin se levantará sobre el polvo;
- 26 Y después de deshecha esta mi piel,
- En mi carne he de ver a Dios;
- 27 Al cual veré por mí mismo,
- Y mis ojos lo verán, y no otro,
- Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.
- 28 Mas debierais decir: ¿Por qué le perseguimos?
- Ya que la raíz del asunto se halla en mí.
- 29 Temed vosotros delante de la espada;
- Porque sobreviene el furor de la espada a causa de las injusticias,
- Para que sepáis que hay un juicio.
Zofar describe las calamidades de los malos
20
1 Respondió Zofar naamatita, y dijo:
- 2 Por cierto mis pensamientos me hacen responder,
- Y por tanto me apresuro.
- 3 La reprensión de mi censura he oído,
- Y me hace responder el espíritu de mi inteligencia.
- 4 ¿No sabes esto, que así fue siempre,
- Desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra,
- 5 Que la alegría de los malos es breve,
- Y el gozo del impío por un momento?
- 6 Aunque subiere su altivez hasta el cielo,
- Y su cabeza tocare en las nubes,
- 7 Como su estiércol, perecerá para siempre;
- Los que le hubieren visto dirán: ¿Qué hay de él?
- 8 Como sueño volará, y no será hallado,
- Y se disipará como visión nocturna.
- 9 El ojo que le veía, nunca más le verá,
- Ni su lugar le conocerá más.
- 10 Sus hijos solicitarán el favor de los pobres,
- Y sus manos devolverán lo que él robó.
- 11 Sus huesos están llenos de su juventud,
- Mas con él en el polvo yacerán.
- 12 Si el mal se endulzó en su boca,
- Si lo ocultaba debajo de su lengua,
- 13 Si le parecía bien, y no lo dejaba,
- Sino que lo detenía en su paladar;
- 14 Su comida se mudará en sus entrañas;
- Hiel de áspides será dentro de él.
- 15 Devoró riquezas, pero las vomitará;
- De su vientre las sacará Dios.
- 16 Veneno de áspides chupará;
- Lo matará lengua de víbora.
- 17 No verá los arroyos, los ríos,
- Los torrentes de miel y de leche.
- 18 Restituirá el trabajo conforme a los bienes que tomó,
- Y no los tragará ni gozará.
- 19 Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres,
- Robó casas, y no las edificó;
- 20 Por tanto, no tendrá sosiego en su vientre,
- Ni salvará nada de lo que codiciaba.
- 21 No quedó nada que no comiese;
- Por tanto, su bienestar no será duradero.
- 22 En el colmo de su abundancia padecerá estrechez;
- La mano de todos los malvados vendrá sobre él.
- 23 Cuando se pusiere a llenar su vientre,
- Dios enviará sobre él el ardor de su ira,
- Y la hará llover sobre él y sobre su comida.
- 24 Huirá de las armas de hierro,
- Y el arco de bronce le atravesará.
- 25 La saeta le traspasará y saldrá de su cuerpo,
- Y la punta relumbrante saldrá por su hiel;
- Sobre él vendrán terrores.
- 26 Todas las tinieblas están reservadas para sus tesoros;
- Fuego no atizado los consumirá;
- Devorará lo que quede en su tienda.
- 27 Los cielos descubrirán su iniquidad,
- Y la tierra se levantará contra él.
- 28 Los renuevos de su casa serán transportados;
- Serán esparcidos en el día de su furor.
- 29 Esta es la porción que Dios prepara al hombre impío,
- Y la heredad que Dios le señala por su palabra.
Job afirma que los malos prosperan
21
1 Entonces respondió Job, y dijo:
- 2 Oíd atentamente mi palabra,
- Y sea esto el consuelo que me deis.
- 3 Toleradme, y yo hablaré;
- Y después que haya hablado, escarneced.
- 4 ¿Acaso me quejo yo de algún hombre?
- ¿Y por qué no se ha de angustiar mi espíritu?
- 5 Miradme, y espantaos,
- Y poned la mano sobre la boca.
- 6 Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro,
- Y el temblor estremece mi carne.
- 7 ¿Por qué viven los impíos,
- Y se envejecen, y aun crecen en riquezas?
- 8 Su descendencia se robustece a su vista,
- Y sus renuevos están delante de sus ojos.
- 9 Sus casas están a salvo de temor,
- Ni viene azote de Dios sobre ellos.
- 10 Sus toros engendran, y no fallan;
- Paren sus vacas, y no malogran su cría.
- 11 Salen sus pequeñuelos como manada,
- Y sus hijos andan saltando.
- 12 Al son de tamboril y de cítara saltan,
- Y se regocijan al son de la flauta.
- 13 Pasan sus días en prosperidad,
- Y en paz descienden al Seol.
- 14 Dicen, pues, a Dios: Apártate de nosotros,
- Porque no queremos el conocimiento de tus caminos.
- 15 ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos?
- ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él?
- 16 He aquí que su bien no está en mano de ellos;
- El consejo de los impíos lejos esté de mí.
- 17 ¡Oh, cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada,
- Y viene sobre ellos su quebranto,
- Y Dios en su ira les reparte dolores!
- 18 Serán como la paja delante del viento,
- Y como el tamo que arrebata el torbellino.
- 19 Dios guardará para los hijos de ellos su violencia;
- Le dará su pago, para que conozca.
- 20 Verán sus ojos su quebranto,
- Y beberá de la ira del Todopoderoso.
- 21 Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de sí,
- Siendo cortado el número de sus meses?
- 22 ¿Enseñará alguien a Dios sabiduría,
- Juzgando él a los que están elevados?
- 23 Este morirá en el vigor de su hermosura, todo quieto y pacífico;
- 24 Sus vasijas estarán llenas de leche,
- Y sus huesos serán regados de tuétano.
- 25 Y este otro morirá en amargura de ánimo,
- Y sin haber comido jamás con gusto.
- 26 Igualmente yacerán ellos en el polvo,
- Y gusanos los cubrirán.
- 27 He aquí, yo conozco vuestros pensamientos,
- Y las imaginaciones que contra mí forjáis.
- 28 Porque decís: ¿Qué hay de la casa del príncipe,
- Y qué de la tienda de las moradas de los impíos?
- 29 ¿No habéis preguntado a los que pasan por los caminos,
- Y no habéis conocido su respuesta,
- 30 Que el malo es preservado en el día de la destrucción?
- Guardado será en el día de la ira.
- 31 ¿Quién le denunciará en su cara su camino?
- Y de lo que él hizo, ¿quién le dará el pago?
- 32 Porque llevado será a los sepulcros,
- Y sobre su túmulo estarán velando.
- 33 Los terrones del valle le serán dulces;
- Tras de él será llevado todo hombre,
- Y antes de él han ido innumerables.
- 34 ¿Cómo, pues, me consoláis en vano,
- Viniendo a parar vuestras respuestas en falacia?
Elifaz acusa a Job de gran maldad
22
1 Respondió Elifaz temanita, y dijo:
- 2 ¿Traerá el hombre provecho a Dios?
- Al contrario, para sí mismo es provechoso el hombre sabio.
- 3 ¿Tiene contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado,
- O provecho de que tú hagas perfectos tus caminos?
- 4 ¿Acaso te castiga,
- O viene a juicio contigo, a causa de tu piedad?
- 5 Por cierto tu malicia es grande,
- Y tus maldades no tienen fin.
- 6 Porque sacaste prenda a tus hermanos sin causa,
- Y despojaste de sus ropas a los desnudos.
- 7 No diste de beber agua al cansado,
- Y detuviste el pan al hambriento.
- 8 Pero el hombre pudiente tuvo la tierra,
- Y habitó en ella el distinguido.
- 9 A las viudas enviaste vacías,
- Y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.
- 10 Por tanto, hay lazos alrededor de ti,
- Y te turba espanto repentino;
- 11 O tinieblas, para que no veas,
- Y abundancia de agua te cubre.
- 12 ¿No está Dios en la altura de los cielos?
- Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.
- 13 ¿Y dirás tú: ¿Qué sabe Dios?
- ¿Cómo juzgará a través de la oscuridad?
- 14 Las nubes le rodearon, y no ve;
- Y por el circuito del cielo se pasea.
- 15 ¿Quieres tú seguir la senda antigua
- Que pisaron los hombres perversos,
- 16 Los cuales fueron cortados antes de tiempo,
- Cuyo fundamento fue como un río derramado?
- 17 Decían a Dios: Apártate de nosotros.
- ¿Y qué les había hecho el Omnipotente?
- 18 Les había colmado de bienes sus casas.
- Pero sea el consejo de ellos lejos de mí.
- 19 Verán los justos y se gozarán;
- Y el inocente los escarnecerá, diciendo:
- 20 Fueron destruidos nuestros adversarios,
- Y el fuego consumió lo que de ellos quedó.
- 21 Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz;
- Y por ello te vendrá bien.
- 22 Toma ahora la ley de su boca,
- Y pon sus palabras en tu corazón.
- 23 Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado;
- Alejarás de tu tienda la aflicción;
- 24 Tendrás más oro que tierra,
- Y como piedras de arroyos oro de Ofir;
- 25 El Todopoderoso será tu defensa,
- Y tendrás plata en abundancia.
- 26 Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente,
- Y alzarás a Dios tu rostro.
- 27 Orarás a él, y él te oirá;
- Y tú pagarás tus votos.
- 28 Determinarás asimismo una cosa, y te será firme,
- Y sobre tus caminos resplandecerá luz.
- 29 Cuando fueren abatidos, dirás tú: Enaltecimiento habrá;
- Y Dios salvará al humilde de ojos.
- 30 El libertará al inocente,
- Y por la limpieza de tus manos éste será librado.
Job desea abogar su causa delante de Dios
23
1 Respondió Job, y dijo:
- 2 Hoy también hablaré con amargura;
- Porque es más grave mi llaga que mi gemido.
- 3 ¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!
- Yo iría hasta su silla.
- 4 Expondría mi causa delante de él,
- Y llenaría mi boca de argumentos.
- 5 Yo sabría lo que él me respondiese,
- Y entendería lo que me dijera.
- 6 ¿Contendería conmigo con grandeza de fuerza?
- No; antes él me atendería.
- 7 Allí el justo razonaría con él;
- Y yo escaparía para siempre de mi juez.
- 8 He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré;
- Y al occidente, y no lo percibiré;
- 9 Si muestra su poder al norte, yo no lo veré;
- Al sur se esconderá, y no lo veré.
- 10 Mas él conoce mi camino;
- Me probará, y saldré como oro.
- 11 Mis pies han seguido sus pisadas;
- Guardé su camino, y no me aparté.
- 12 Del mandamiento de sus labios nunca me separé;
- Guardé las palabras de su boca más que mi comida.
- 13 Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar?
- Su alma deseó, e hizo.
- 14 El, pues, acabará lo que ha determinado de mí;
- Y muchas cosas como estas hay en él.
- 15 Por lo cual yo me espanto en su presencia;
- Cuando lo considero, tiemblo a causa de él.
- 16 Dios ha enervado mi corazón,
- Y me ha turbado el Omnipotente.
- 17 ¿Por qué no fui yo cortado delante de las tinieblas,
- Ni fue cubierto con oscuridad mi rostro?
Job se queja de que Dios es indiferente ante la maldad
24
- 1 Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso,
- ¿Por qué los que le conocen no ven sus días?
- 2 Traspasan los linderos,
- Roban los ganados, y los apacientan.
- 3 Se llevan el asno de los huérfanos,
- Y toman en prenda el buey de la viuda.
- 4 Hacen apartar del camino a los menesterosos,
- Y todos los pobres de la tierra se esconden.
- 5 He aquí, como asnos monteses en el desierto,
- Salen a su obra madrugando para robar;
- El desierto es mantenimiento de sus hijos.
- 6 En el campo siegan su pasto,
- Y los impíos vendimian la viña ajena.
- 7 Al desnudo hacen dormir sin ropa,
- Sin tener cobertura contra el frío.
- 8 Con las lluvias de los montes se mojan,
- Y abrazan las peñas por falta de abrigo.
- 9 Quitan el pecho a los huérfanos,
- Y de sobre el pobre toman la prenda.
- 10 Al desnudo hacen andar sin vestido,
- Y a los hambrientos quitan las gavillas.
- 11 Dentro de sus paredes exprimen el aceite,
- Pisan los lagares, y mueren de sed.
- 12 Desde la ciudad gimen los moribundos,
- Y claman las almas de los heridos de muerte,
- Pero Dios no atiende su oración.
- 13 Ellos son los que, rebeldes a la luz,
- Nunca conocieron sus caminos,
- Ni estuvieron en sus veredas.
- 14 A la luz se levanta el matador; mata al pobre y al necesitado,
- Y de noche es como ladrón.
- 15 El ojo del adúltero está aguardando la noche,
- Diciendo: No me verá nadie;
- Y esconde su rostro.
- 16 En las tinieblas minan las casas
- Que de día para sí señalaron;
- No conocen la luz.
- 17 Porque la mañana es para todos ellos como sombra de muerte;
- Si son conocidos, terrores de sombra de muerte los toman.
- 18 Huyen ligeros como corriente de aguas;
- Su porción es maldita en la tierra;
- No andarán por el camino de las viñas.
- 19 La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve;
- Así también el Seol a los pecadores.
- 20 Los olvidará el seno materno; de ellos sentirán los gusanos dulzura;
- Nunca más habrá de ellos memoria,
- Y como un árbol los impíos serán quebrantados.
- 21 A la mujer estéril, que no concebía, afligió,
- Y a la viuda nunca hizo bien.
- 22 Pero a los fuertes adelantó con su poder;
- Una vez que se levante, ninguno está seguro de la vida.
- 23 El les da seguridad y confianza;
- Sus ojos están sobre los caminos de ellos.
- 24 Fueron exaltados un poco, mas desaparecen,
- Y son abatidos como todos los demás;
- Serán encerrados, y cortados como cabezas de espigas.
- 25 Y si no, ¿quién me desmentirá ahora,
- O reducirá a nada mis palabras?
Bildad niega que el hombre pueda ser justificado delante de Dios
25
1 Respondió Bildad suhita, y dijo:
- 2 El señorío y el temor están con él;
- El hace paz en sus alturas.
- 3 ¿Tienen sus ejércitos número?
- ¿Sobre quién no está su luz?
- 4 ¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios?
- ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?
- 5 He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente,
- Ni las estrellas son limpias delante de sus ojos;
- 6 ¿Cuánto menos el hombre, que es un gusano,
- Y el hijo de hombre, también gusano?
Job proclama la soberanía de Dios
26
1 Respondió Job, y dijo:
- 2 ¿En qué ayudaste al que no tiene poder?
- ¿Cómo has amparado al brazo sin fuerza?
- 3 ¿En qué aconsejaste al que no tiene ciencia,
- Y qué plenitud de inteligencia has dado a conocer?
- 4 ¿A quién has anunciado palabras,
- Y de quién es el espíritu que de ti procede?
- 5 Las sombras tiemblan en lo profundo,
- Los mares y cuanto en ellos mora.
- 6 El Seol está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura.
- 7 El extiende el norte sobre vacío,
- Cuelga la tierra sobre nada.
- 8 Ata las aguas en sus nubes,
- Y las nubes no se rompen debajo de ellas.
- 9 El encubre la faz de su trono,
- Y sobre él extiende su nube.
- 10 Puso límite a la superficie de las aguas,
- Hasta el fin de la luz y las tinieblas.
- 11 Las columnas del cielo tiemblan,
- Y se espantan a su reprensión.
- 12 El agita el mar con su poder,
- Y con su entendimiento hiere la arrogancia suya.
- 13 Su espíritu adornó los cielos;
- Su mano creó la serpiente tortuosa.
- 14 He aquí, estas cosas son sólo los bordes de sus caminos;
- ¡Y cuán leve es el susurro que hemos oído de él!
- Pero el trueno de su poder, ¿quién lo puede comprender?
Job describe el castigo de los malos
27
1 Reasumió Job su discurso, y dijo:
- 2 Vive Dios, que ha quitado mi derecho,
- Y el Omnipotente, que amargó el alma mía,
- 3 Que todo el tiempo que mi alma esté en mí,
- Y haya hálito de Dios en mis narices,
- 4 Mis labios no hablarán iniquidad,
- Ni mi lengua pronunciará engaño.
- 5 Nunca tal acontezca que yo os justifique;
- Hasta que muera, no quitaré de mí mi integridad.
- 6 Mi justicia tengo asida, y no la cederé;
- No me reprochará mi corazón en todos mis días.
- 7 Sea como el impío mi enemigo,
- Y como el inicuo mi adversario.
- 8 Porque ¿cuál es la esperanza del impío, por mucho que hubiere robado,
- Cuando Dios le quitare la vida?
- 9 ¿Oirá Dios su clamor
- Cuando la tribulación viniere sobre él?
- 10 ¿Se deleitará en el Omnipotente?
- ¿Invocará a Dios en todo tiempo?
- 11 Yo os enseñaré en cuanto a la mano de Dios;
- No esconderé lo que hay para con el Omnipotente.
- 12 He aquí que todos vosotros lo habéis visto;
- ¿Por qué, pues, os habéis hecho tan enteramente vanos?
- 13 Esta es para con Dios la porción del hombre impío,
- Y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente:
- 14 Si sus hijos fueren multiplicados, serán para la espada;
- Y sus pequeños no se saciarán de pan.
- 15 Los que de él quedaren, en muerte serán sepultados,
- Y no los llorarán sus viudas.
- 16 Aunque amontone plata como polvo,
- Y prepare ropa como lodo;
- 17 La habrá preparado él, mas el justo se vestirá,
- Y el inocente repartirá la plata.
- 18 Edificó su casa como la polilla,
- Y como enramada que hizo el guarda.
- 19 Rico se acuesta, pero por última vez;
- Abrirá sus ojos, y nada tendrá.
- 20 Se apoderarán de él terrores como aguas;
- Torbellino lo arrebatará de noche.
- 21 Le eleva el solano, y se va;
- Y tempestad lo arrebatará de su lugar.
- 22 Dios, pues, descargará sobre él, y no perdonará;
- Hará él por huir de su mano.
- 23 Batirán las manos sobre él,
- Y desde su lugar le silbarán.
El hombre en busca de la sabiduría
28
- 1 Ciertamente la plata tiene sus veneros,
- Y el oro lugar donde se refina.
- 2 El hierro se saca del polvo,
- Y de la piedra se funde el cobre.
- 3 A las tinieblas ponen término,
- Y examinan todo a la perfección,
- Las piedras que hay en oscuridad y en sombra de muerte.
- 4 Abren minas lejos de lo habitado,
- En lugares olvidados, donde el pie no pasa.
- Son suspendidos y balanceados, lejos de los demás hombres.
- 5 De la tierra nace el pan,
- Y debajo de ella está como convertida en fuego.
- 6 Lugar hay cuyas piedras son zafiro,
- Y sus polvos de oro.
- 7 Senda que nunca la conoció ave,
- Ni ojo de buitre la vio;
- 8 Nunca la pisaron animales fieros,
- Ni león pasó por ella.
- 9 En el pedernal puso su mano,
- Y trastornó de raíz los montes.
- 10 De los peñascos cortó ríos,
- Y sus ojos vieron todo lo preciado.
- 11 Detuvo los ríos en su nacimiento,
- E hizo salir a luz lo escondido.
- 12 Mas ¿dónde se hallará la sabiduría?
- ¿Dónde está el lugar de la inteligencia?
- 13 No conoce su valor el hombre,
- Ni se halla en la tierra de los vivientes.
- 14 El abismo dice: No está en mí;
- Y el mar dijo: Ni conmigo.
- 15 No se dará por oro,
- Ni su precio será a peso de plata.
- 16 No puede ser apreciada con oro de Ofir,
- Ni con ónice precioso, ni con zafiro.
- 17 El oro no se le igualará, ni el diamante,
- Ni se cambiará por alhajas de oro fino.
- 18 No se hará mención de coral ni de perlas;
- La sabiduría es mejor que las piedras preciosas.
- 19 No se igualará con ella topacio de Etiopía;
- No se podrá apreciar con oro fino.
- 20 ¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría?
- ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?
- 21 Porque encubierta está a los ojos de todo viviente,
- Y a toda ave del cielo es oculta.
- 22 El Abadón y la muerte dijeron:
- Su fama hemos oído con nuestros oídos.
- 23 Dios entiende el camino de ella,
- Y conoce su lugar.
- 24 Porque él mira hasta los fines de la tierra,
- Y ve cuanto hay bajo los cielos.
- 25 Al dar peso al viento,
- Y poner las aguas por medida;
- 26 Cuando él dio ley a la lluvia,
- Y camino al relámpago de los truenos,
- 27 Entonces la veía él, y la manifestaba;
- La preparó y la descubrió también.
- 28 Y dijo al hombre:
- He aquí que el temor del Señor es la sabiduría,
- Y el apartarse del mal, la inteligencia.
Job recuerda su felicidad anterior
29
1 Volvió Job a reanudar su discurso, y dijo:
- 2 ¡Quién me volviese como en los meses pasados,
- Como en los días en que Dios me guardaba,
- 3 Cuando hacía resplandecer sobre mi cabeza su lámpara,
- A cuya luz yo caminaba en la oscuridad;
- 4 Como fui en los días de mi juventud,
- Cuando el favor de Dios velaba sobre mi tienda;
- 5 Cuando aún estaba conmigo el Omnipotente,
- Y mis hijos alrededor de mí;
- 6 Cuando lavaba yo mis pasos con leche,
- Y la piedra me derramaba ríos de aceite!
- 7 Cuando yo salía a la puerta a juicio,
- Y en la plaza hacía preparar mi asiento,
- 8 Los jóvenes me veían, y se escondían;
- Y los ancianos se levantaban, y estaban de pie.
- 9 Los príncipes detenían sus palabras;
- Ponían la mano sobre su boca.
- 10 La voz de los principales se apagaba,
- Y su lengua se pegaba a su paladar.
- 11 Los oídos que me oían me llamaban bienaventurado,
- Y los ojos que me veían me daban testimonio,
- 12 Porque yo libraba al pobre que clamaba,
- Y al huérfano que carecía de ayudador.
- 13 La bendición del que se iba a perder venía sobre mí,
- Y al corazón de la viuda yo daba alegría.
- 14 Me vestía de justicia, y ella me cubría;
- Como manto y diadema era mi rectitud.
- 15 Yo era ojos al ciego,
- Y pies al cojo.
- 16 A los menesterosos era padre,
- Y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia;
- 17 Y quebrantaba los colmillos del inicuo,
- Y de sus dientes hacía soltar la presa.
- 18 Decía yo: En mi nido moriré,
- Y como arena multiplicaré mis días.
- 19 Mi raíz estaba abierta junto a las aguas,
- Y en mis ramas permanecía el rocío.
- 20 Mi honra se renovaba en mí,
- Y mi arco se fortalecía en mi mano.
- 21 Me oían, y esperaban,
- Y callaban a mi consejo.
- 22 Tras mi palabra no replicaban,
- Y mi razón destilaba sobre ellos.
- 23 Me esperaban como a la lluvia,
- Y abrían su boca como a la lluvia tardía.
- 24 Si me reía con ellos, no lo creían;
- Y no abatían la luz de mi rostro.
- 25 Calificaba yo el camino de ellos, y me sentaba entre ellos como el jefe;
- Y moraba como rey en el ejército,
- Como el que consuela a los que lloran.
Job lamenta su desdicha actual
30
- 1 Pero ahora se ríen de mí los más jóvenes que yo,
- A cuyos padres yo desdeñara poner con los perros de mi ganado.
- 2 ¿Y de qué me serviría ni aun la fuerza de sus manos?
- No tienen fuerza alguna.
- 3 Por causa de la pobreza y del hambre andaban solos;
- Huían a la soledad, a lugar tenebroso, asolado y desierto.
- 4 Recogían malvas entre los arbustos,
- Y raíces de enebro para calentarse.
- 5 Eran arrojados de entre las gentes,
- Y todos les daban grita como tras el ladrón.
- 6 Habitaban en las barrancas de los arroyos,
- En las cavernas de la tierra, y en las rocas.
- 7 Bramaban entre las matas,
- Y se reunían debajo de los espinos.
- 8 Hijos de viles, y hombres sin nombre,
- Más bajos que la misma tierra.
- 9 Y ahora yo soy objeto de su burla,
- Y les sirvo de refrán.
- 10 Me abominan, se alejan de mí,
- Y aun de mi rostro no detuvieron su saliva.
- 11 Porque Dios desató su cuerda, y me afligió,
- Por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.
- 12 A la mano derecha se levantó el populacho;
- Empujaron mis pies,
- Y prepararon contra mí caminos de perdición.
- 13 Mi senda desbarataron,
- Se aprovecharon de mi quebrantamiento,
- Y contra ellos no hubo ayudador.
- 14 Vinieron como por portillo ancho,
- Se revolvieron sobre mi calamidad.
- 15 Se han revuelto turbaciones sobre mí;
- Combatieron como viento mi honor,
- Y mi prosperidad pasó como nube.
- 16 Y ahora mi alma está derramada en mí;
- Días de aflicción se apoderan de mí.
- 17 La noche taladra mis huesos,
- Y los dolores que me roen no reposan.
- 18 La violencia deforma mi vestidura; me ciñe como el cuello de mi túnica.
- 19 El me derribó en el lodo,
- Y soy semejante al polvo y a la ceniza.
- 20 Clamo a ti, y no me oyes;
- Me presento, y no me atiendes.
- 21 Te has vuelto cruel para mí;
- Con el poder de tu mano me persigues.
- 22 Me alzaste sobre el viento, me hiciste cabalgar en él,
- Y disolviste mi sustancia.
- 23 Porque yo sé que me conduces a la muerte,
- Y a la casa determinada a todo viviente.
- 24 Mas él no extenderá la mano contra el sepulcro;
- ¿Clamarán los sepultados cuando él los quebrantare?
- 25 ¿No lloré yo al afligido?
- Y mi alma, ¿no se entristeció sobre el menesteroso?
- 26 Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal;
- Y cuando esperaba luz, vino la oscuridad.
- 27 Mis entrañas se agitan, y no reposan;
- Días de aflicción me han sobrecogido.
- 28 Ando ennegrecido, y no por el sol;
- Me he levantado en la congregación, y clamado.
- 29 He venido a ser hermano de chacales,
- Y compañero de avestruces.
- 30 Mi piel se ha ennegrecido y se me cae,
- Y mis huesos arden de calor.
- 31 Se ha cambiado mi arpa en luto,
- Y mi flauta en voz de lamentadores.
Job afirma su integridad
31
- 1 Hice pacto con mis ojos;
- ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?
- 2 Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios,
- Y qué heredad el Omnipotente desde las alturas?
- 3 ¿No hay quebrantamiento para el impío,
- Y extrañamiento para los que hacen iniquidad?
- 4 ¿No ve él mis caminos,
- Y cuenta todos mis pasos?
- 5 Si anduve con mentira,
- Y si mi pie se apresuró a engaño,
- 6 Péseme Dios en balanzas de justicia,
- Y conocerá mi integridad.
- 7 Si mis pasos se apartaron del camino,
- Si mi corazón se fue tras mis ojos,
- Y si algo se pegó a mis manos,
- 8 Siembre yo, y otro coma,
- Y sea arrancada mi siembra.
- 9 Si fue mi corazón engañado acerca de mujer,
- Y si estuve acechando a la puerta de mi prójimo,
- 10 Muela para otro mi mujer,
- Y sobre ella otros se encorven.
- 11 Porque es maldad e iniquidad
- Que han de castigar los jueces.
- 12 Porque es fuego que devoraría hasta el Abadón,
- Y consumiría toda mi hacienda.
- 13 Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva,
- Cuando ellos contendían conmigo,
- 14 ¿Qué haría yo cuando Dios se levantase?
- Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo?
- 15 El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él?
- ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz?
- 16 Si estorbé el contento de los pobres,
- E hice desfallecer los ojos de la viuda;
- 17 Si comí mi bocado solo,
- Y no comió de él el huérfano
- 18 (Porque desde mi juventud creció conmigo como con un padre,
- Y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda);
- 19 Si he visto que pereciera alguno sin vestido,
- Y al menesteroso sin abrigo;
- 20 Si no me bendijeron sus lomos,
- Y del vellón de mis ovejas se calentaron;
- 21 Si alcé contra el huérfano mi mano,
- Aunque viese que me ayudaran en la puerta;
- 22 Mi espalda se caiga de mi hombro,
- Y el hueso de mi brazo sea quebrado.
- 23 Porque temí el castigo de Dios,
- Contra cuya majestad yo no tendría poder.
- 24 Si puse en el oro mi esperanza,
- Y dije al oro: Mi confianza eres tú;
- 25 Si me alegré de que mis riquezas se multiplicasen,
- Y de que mi mano hallase mucho;
- 26 Si he mirado al sol cuando resplandecía,
- O a la luna cuando iba hermosa,
- 27 Y mi corazón se engañó en secreto,
- Y mi boca besó mi mano;
- 28 Esto también sería maldad juzgada;
- Porque habría negado al Dios soberano.
- 29 Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía,
- Y me regocijé cuando le halló el mal
- 30 (Ni aun entregué al pecado mi lengua,
- Pidiendo maldición para su alma);
- 31 Si mis siervos no decían:
- ¿Quién no se ha saciado de su carne?
- 32 (El forastero no pasaba fuera la noche;
- Mis puertas abría al caminante);
- 33 Si encubrí como hombre mis transgresiones,
- Escondiendo en mi seno mi iniquidad,
- 34 Porque tuve temor de la gran multitud,
- Y el menosprecio de las familias me atemorizó,
- Y callé, y no salí de mi puerta;
- 35 ¡Quién me diera quien me oyese!
- He aquí mi confianza es que el Omnipotente testificará por mí,
- Aunque mi adversario me forme proceso.
- 36 Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro,
- Y me lo ceñiría como una corona.
- 37 Yo le contaría el número de mis pasos,
- Y como príncipe me presentaría ante él.
- 38 Si mi tierra clama contra mí,
- Y lloran todos sus surcos;
- 39 Si comí su sustancia sin dinero,
- O afligí el alma de sus dueños,
- 40 En lugar de trigo me nazcan abrojos,
- Y espinos en lugar de cebada.
Aquí terminan las palabras de Job.
Eliú justifica su derecho de contestar a Job
32
1 Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo a sus propios ojos. 2 Entonces Eliú hijo de Baraquel buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se encendió en ira, por cuanto se justificaba a sí mismo más que a Dios. 3 Asimismo se encendió en ira contra sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job. 4 Y Eliú había esperado a Job en la disputa, porque los otros eran más viejos que él. 5 Pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, se encendió en ira. 6 Y respondió Eliú hijo de Baraquel buzita, y dijo:
- Yo soy joven, y vosotros ancianos;
- Por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi opinión.
- 7 Yo decía: Los días hablarán,
- Y la muchedumbre de años declarará sabiduría.
- 8 Ciertamente espíritu hay en el hombre,
- Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda.
- 9 No son los sabios los de mucha edad,
- Ni los ancianos entienden el derecho.
- 10 Por tanto, yo dije: Escuchadme;
- Declararé yo también mi sabiduría.
- 11 He aquí yo he esperado a vuestras razones,
- He escuchado vuestros argumentos,
- En tanto que buscabais palabras.
- 12 Os he prestado atención,
- Y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job,
- Y responda a sus razones.
- 13 Para que no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría;
- Lo vence Dios, no el hombre.
- 14 Ahora bien, Job no dirigió contra mí sus palabras,
- Ni yo le responderé con vuestras razones.
- 15 Se espantaron, no respondieron más;
- Se les fueron los razonamientos.
- 16 Yo, pues, he esperado, pero no hablaban;
- Más bien callaron y no respondieron más.
- 17 Por eso yo también responderé mi parte;
- También yo declararé mi juicio.
- 18 Porque lleno estoy de palabras,
- Y me apremia el espíritu dentro de mí.
- 19 De cierto mi corazón está como el vino que no tiene respiradero,
- Y se rompe como odres nuevos.
- 20 Hablaré, pues, y respiraré;
- Abriré mis labios, y responderé.
- 21 No haré ahora acepción de personas,
- Ni usaré con nadie de títulos lisonjeros.
- 22 Porque no sé hablar lisonjas;
- De otra manera, en breve mi Hacedor me consumiría.
Eliú censura a Job
33
- 1 Por tanto, Job, oye ahora mis razones,
- Y escucha todas mis palabras.
- 2 He aquí yo abriré ahora mi boca,
- Y mi lengua hablará en mi garganta.
- 3 Mis razones declararán la rectitud de mi corazón,
- Y lo que saben mis labios, lo hablarán con sinceridad.
- 4 El espíritu de Dios me hizo,
- Y el soplo del Omnipotente me dio vida.
- 5 Respóndeme si puedes;
- Ordena tus palabras, ponte en pie.
- 6 Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho;
- De barro fui yo también formado.
- 7 He aquí, mi terror no te espantará,
- Ni mi mano se agravará sobre ti.
- 8 De cierto tú dijiste a oídos míos,
- Y yo oí la voz de tus palabras que decían:
- 9 Yo soy limpio y sin defecto;
- Soy inocente, y no hay maldad en mí.
- 10 He aquí que él buscó reproches contra mí,
- Y me tiene por su enemigo;
- 11 Puso mis pies en el cepo,
- Y vigiló todas mis sendas.
- 12 He aquí, en esto no has hablado justamente;
- Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.
- 13 ¿Por qué contiendes contra él?
- Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones.
- 14 Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios;
- Pero el hombre no entiende.
- 15 Por sueño, en visión nocturna,
- Cuando el sueño cae sobre los hombres,
- Cuando se adormecen sobre el lecho,
- 16 Entonces revela al oído de los hombres,
- Y les señala su consejo,
- 17 Para quitar al hombre de su obra,
- Y apartar del varón la soberbia.
- 18 Detendrá su alma del sepulcro,
- Y su vida de que perezca a espada.
- 19 También sobre su cama es castigado
- Con dolor fuerte en todos sus huesos,
- 20 Que le hace que su vida aborrezca el pan,
- Y su alma la comida suave.
- 21 Su carne desfallece, de manera que no se ve,
- Y sus huesos, que antes no se veían, aparecen.
- 22 Su alma se acerca al sepulcro,
- Y su vida a los que causan la muerte.
- 23 Si tuviese cerca de él
- Algún elocuente mediador muy escogido,
- Que anuncie al hombre su deber;
- 24 Que le diga que Dios tuvo de él misericordia,
- Que lo libró de descender al sepulcro,
- Que halló redención;
- 25 Su carne será más tierna que la del niño,
- Volverá a los días de su juventud.
- 26 Orará a Dios, y éste le amará,
- Y verá su faz con júbilo;
- Y restaurará al hombre su justicia.
- 27 El mira sobre los hombres; y al que dijere:
- Pequé, y pervertí lo recto,
- Y no me ha aprovechado,
- 28 Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro,
- Y su vida se verá en luz.
- 29 He aquí, todas estas cosas hace Dios
- Dos y tres veces con el hombre,
- 30 Para apartar su alma del sepulcro,
- Y para iluminarlo con la luz de los vivientes.
- 31 Escucha, Job, y óyeme;
- Calla, y yo hablaré.
- 32 Si tienes razones, respóndeme;
- Habla, porque yo te quiero justificar.
- 33 Y si no, óyeme tú a mí;
- Calla, y te enseñaré sabiduría.
Eliú justifica a Dios
34
1 Además Eliú dijo:
- 2 Oíd, sabios, mis palabras;
- Y vosotros, doctos, estadme atentos.
- 3 Porque el oído prueba las palabras,
- Como el paladar gusta lo que uno come.
- 4 Escojamos para nosotros el juicio,
- Conozcamos entre nosotros cuál sea lo bueno.
- 5 Porque Job ha dicho: Yo soy justo,
- Y Dios me ha quitado mi derecho.
- 6 ¿He de mentir yo contra mi razón?
- Dolorosa es mi herida sin haber hecho yo transgresión.
- 7 ¿Qué hombre hay como Job,
- Que bebe el escarnio como agua,
- 8 Y va en compañía con los que hacen iniquidad,
- Y anda con los hombres malos?
- 9 Porque ha dicho: De nada servirá al hombre
- El conformar su voluntad a Dios.
- 10 Por tanto, varones de inteligencia, oídme:
- Lejos esté de Dios la impiedad,
- Y del Omnipotente la iniquidad.
- 11 Porque él pagará al hombre según su obra,
- Y le retribuirá conforme a su camino.
- 12 Sí, por cierto, Dios no hará injusticia,
- Y el Omnipotente no pervertirá el derecho.
- 13 ¿Quién visitó por él la tierra?
- ¿Y quién puso en orden todo el mundo?
- 14 Si él pusiese sobre el hombre su corazón,
- Y recogiese así su espíritu y su aliento,
- 15 Toda carne perecería juntamente,
- Y el hombre volvería al polvo.
- 16 Si, pues, hay en ti entendimiento, oye esto;
- Escucha la voz de mis palabras.
- 17 ¿Gobernará el que aborrece juicio?
- ¿Y condenarás tú al que es tan justo?
- 18 ¿Se dirá al rey: Perverso;
- Y a los príncipes: Impíos?
- 19 ¿Cuánto menos a aquel que no hace acepción de personas de príncipes.
- Ni respeta más al rico que al pobre,
- Porque todos son obra de sus manos?
- 20 En un momento morirán,
- Y a medianoche se alborotarán los pueblos, y pasarán,
- Y sin mano será quitado el poderoso.
- 21 Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre,
- Y ve todos sus pasos.
- 22 No hay tinieblas ni sombra de muerte
- Donde se escondan los que hacen maldad.
- 23 No carga, pues, él al hombre más de lo justo,
- Para que vaya con Dios a juicio.
- 24 El quebrantará a los fuertes sin indagación,
- Y hará estar a otros en su lugar.
- 25 Por tanto, él hará notorias las obras de ellos,
- Cuando los trastorne en la noche, y sean quebrantados.
- 26 Como a malos los herirá
- En lugar donde sean vistos;
- 27 Por cuanto así se apartaron de él,
- Y no consideraron ninguno de sus caminos,
- 28 Haciendo venir delante de él el clamor del pobre,
- Y que oiga el clamor de los necesitados.
- 29 Si él diere reposo, ¿quién inquietará?
- Si escondiere el rostro, ¿quién lo mirará?
- Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre;
- 30 Haciendo que no reine el hombre impío
- Para vejaciones del pueblo.
- 31 De seguro conviene que se diga a Dios:
- He llevado ya castigo, no ofenderé ya más;
- 32 Enséñame tú lo que yo no veo;
- Si hice mal, no lo haré más.
- 33 ¿Ha de ser eso según tu parecer?
- El te retribuirá, ora rehúses, ora aceptes, y no yo;
- Di, si no, lo que tú sabes.
- 34 Los hombres inteligentes dirán conmigo,
- Y el hombre sabio que me oiga:
- 35 Que Job no habla con sabiduría,
- Y que sus palabras no son con entendimiento.
- 36 Deseo yo que Job sea probado ampliamente,
- A causa de sus respuestas semejantes a las de los hombres inicuos.
- 37 Porque a su pecado añadió rebeldía;
- Bate palmas contra nosotros,
- Y contra Dios multiplica sus palabras.
35
1 Prosiguió Eliú en su razonamiento, y dijo:
- 2 ¿Piensas que es cosa recta lo que has dicho:
- Más justo soy yo que Dios?
- 3 Porque dijiste: ¿Qué ventaja sacaré de ello?
- ¿O qué provecho tendré de no haber pecado?
- 4 Yo te responderé razones,
- Y a tus compañeros contigo.
- 5 Mira a los cielos, y ve,
- Y considera que las nubes son más altas que tú.
- 6 Si pecares, ¿qué habrás logrado contra él?
- Y si tus rebeliones se multiplicaren, ¿qué le harás tú?
- 7 Si fueres justo, ¿qué le darás a él?
- ¿O qué recibirá de tu mano?
- 8 Al hombre como tú dañará tu impiedad,
- Y al hijo de hombre aprovechará tu justicia.
- 9 A causa de la multitud de las violencias claman,
- Y se lamentan por el poderío de los grandes.
- 10 Y ninguno dice: ¿Dónde está Dios mi Hacedor,
- Que da cánticos en la noche,
- 11 Que nos enseña más que a las bestias de la tierra,
- Y nos hace sabios más que a las aves del cielo?
- 12 Allí clamarán, y él no oirá,
- Por la soberbia de los malos.
- 13 Ciertamente Dios no oirá la vanidad,
- Ni la mirará el Omnipotente.
- 14 ¿Cuánto menos cuando dices que no haces caso de él?
- La causa está delante de él; por tanto, aguárdale.
- 15 Mas ahora, porque en su ira no castiga,
- Ni inquiere con rigor,
- 16 Por eso Job abre su boca vanamente,
- Y multiplica palabras sin sabiduría.
Eliú exalta la grandeza de Dios
36
1 Añadió Eliú y dijo:
- 2 Espérame un poco, y te enseñaré;
- Porque todavía tengo razones en defensa de Dios.
- 3 Tomaré mi saber desde lejos,
- Y atribuiré justicia a mi Hacedor.
- 4 Porque de cierto no son mentira mis palabras;
- Contigo está el que es íntegro en sus conceptos.
- 5 He aquí que Dios es grande, pero no desestima a nadie;
- Es poderoso en fuerza de sabiduría.
- 6 No otorgará vida al impío,
- Pero a los afligidos dará su derecho.
- 7 No apartará de los justos sus ojos;
- Antes bien con los reyes los pondrá en trono para siempre,
- Y serán exaltados.
- 8 Y si estuvieren prendidos en grillos,
- Y aprisionados en las cuerdas de aflicción,
- 9 El les dará a conocer la obra de ellos,
- Y que prevalecieron sus rebeliones.
- 10 Despierta además el oído de ellos para la corrección,
- Y les dice que se conviertan de la iniquidad.
- 11 Si oyeren, y le sirvieren,
- Acabarán sus días en bienestar,
- Y sus años en dicha.
- 12 Pero si no oyeren, serán pasados a espada,
- Y perecerán sin sabiduría.
- 13 Mas los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira,
- Y no clamarán cuando él los atare.
- 14 Fallecerá el alma de ellos en su juventud,
- Y su vida entre los sodomitas.
- 15 Al pobre librará de su pobreza,
- Y en la aflicción despertará su oído.
- 16 Asimismo te apartará de la boca de la angustia
- A lugar espacioso, libre de todo apuro,
- Y te preparará mesa llena de grosura.
- 17 Mas tú has llenado el juicio del impío,
- En vez de sustentar el juicio y la justicia.
- 18 Por lo cual teme, no sea que en su ira te quite con golpe,
- El cual no puedas apartar de ti con gran rescate.
- 19 ¿Hará él estima de tus riquezas, del oro,
- O de todas las fuerzas del poder?
- 20 No anheles la noche,
- En que los pueblos desaparecen de su lugar.
- 21 Guárdate, no te vuelvas a la iniquidad;
- Pues ésta escogiste más bien que la aflicción.
- 22 He aquí que Dios es excelso en su poder;
- ¿Qué enseñador semejante a él?
- 23 ¿Quién le ha prescrito su camino?
- ¿Y quién le dirá: Has hecho mal?
- 24 Acuérdate de engrandecer su obra,
- La cual contemplan los hombres.
- 25 Los hombres todos la ven;
- La mira el hombre de lejos.
- 26 He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos,
- Ni se puede seguir la huella de sus años.
- 27 El atrae las gotas de las aguas,
- Al transformarse el vapor en lluvia,
- 28 La cual destilan las nubes,
- Goteando en abundancia sobre los hombres.
- 29 ¿Quién podrá comprender la extensión de las nubes,
- Y el sonido estrepitoso de su morada?
- 30 He aquí que sobre él extiende su luz,
- Y cobija con ella las profundidades del mar.
- 31 Bien que por esos medios castiga a los pueblos,
- A la multitud él da sustento.
- 32 Con las nubes encubre la luz,
- Y le manda no brillar, interponiendo aquéllas.
- 33 El trueno declara su indignación,
- Y la tempestad proclama su ira contra la iniquidad.
37
- 1 Por eso también se estremece mi corazón,
- Y salta de su lugar.
- 2 Oíd atentamente el estrépito de su voz,
- Y el sonido que sale de su boca.
- 3 Debajo de todos los cielos lo dirige,
- Y su luz hasta los fines de la tierra.
- 4 Después de ella brama el sonido,
- Truena él con voz majestuosa;
- Y aunque sea oída su voz, no los detiene.
- 5 Truena Dios maravillosamente con su voz;
- El hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.
- 6 Porque a la nieve dice: Desciende a la tierra;
- También a la llovizna, y a los aguaceros torrenciales.
- 7 Así hace retirarse a todo hombre,
- Para que los hombres todos reconozcan su obra.
- 8 Las bestias entran en su escondrijo,
- Y se están en sus moradas.
- 9 Del sur viene el torbellino,
- Y el frío de los vientos del norte.
- 10 Por el soplo de Dios se da el hielo,
- Y las anchas aguas se congelan.
- 11 Regando también llega a disipar la densa nube,
- Y con su luz esparce la niebla.
- 12 Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor,
- Para hacer sobre la faz del mundo,
- En la tierra, lo que él les mande.
- 13 Unas veces por azote, otras por causa de su tierra,
- Otras por misericordia las hará venir.
- 14 Escucha esto, Job;
- Detente, y considera las maravillas de Dios.
- 15 ¿Sabes tú cómo Dios las pone en concierto,
- Y hace resplandecer la luz de su nube?
- 16 ¿Has conocido tú las diferencias de las nubes,
- Las maravillas del Perfecto en sabiduría?
- 17 ¿Por qué están calientes tus vestidos
- Cuando él sosiega la tierra con el viento del sur?
- 18 ¿Extendiste tú con él los cielos,
- Firmes como un espejo fundido?
- 19 Muéstranos qué le hemos de decir;
- Porque nosotros no podemos ordenar las ideas a causa de las tinieblas.
- 20 ¿Será preciso contarle cuando yo hablare?
- Por más que el hombre razone, quedará como abismado.
- 21 Mas ahora ya no se puede mirar la luz esplendente en los cielos,
- Luego que pasa el viento y los limpia,
- 22 Viniendo de la parte del norte la dorada claridad.
- En Dios hay una majestad terrible.
- 23 El es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder;
- Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá.
- 24 Lo temerán por tanto los hombres;
- El no estima a ninguno que cree en su propio corazón ser sabio.
Jehová convence a Job de su ignorancia
38
1 Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo:
- 2 ¿Quién es ése que oscurece el consejo
- Con palabras sin sabiduría?
- 3 Ahora ciñe como varón tus lomos;
- Yo te preguntaré, y tú me contestarás.
- 4 ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?
- Házmelo saber, si tienes inteligencia.
- 5 ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes?
- ¿O quién extendió sobre ella cordel?
- 6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases?
- ¿O quién puso su piedra angular,
- 7 Cuando alababan todas las estrellas del alba,
- Y se regocijaban todos los hijos de Dios?
- 8 ¿Quién encerró con puertas el mar,
- Cuando se derramaba saliéndose de su seno,
- 9 Cuando puse yo nubes por vestidura suya,
- Y por su faja oscuridad,
- 10 Y establecí sobre él mi decreto,
- Le puse puertas y cerrojo,
- 11 Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante,
- Y ahí parará el orgullo de tus olas?
- 12 ¿Has mandado tú a la mañana en tus días?
- ¿Has mostrado al alba su lugar,
- 13 Para que ocupe los fines de la tierra,
- Y para que sean sacudidos de ella los impíos?
- 14 Ella muda luego de aspecto como barro bajo el sello,
- Y viene a estar como con vestidura;
- 15 Mas la luz de los impíos es quitada de ellos,
- Y el brazo enaltecido es quebrantado.
- 16 ¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar,
- Y has andado escudriñando el abismo?
- 17 ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte,
- Y has visto las puertas de la sombra de muerte?
- 18 ¿Has considerado tú hasta las anchuras de la tierra?
- Declara si sabes todo esto.
- 19 ¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz,
- Y dónde está el lugar de las tinieblas,
- 20 Para que las lleves a sus límites,
- Y entiendas las sendas de su casa?
- 21 ¡Tú lo sabes! Pues entonces ya habías nacido,
- Y es grande el número de tus días.
- 22 ¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve,
- O has visto los tesoros del granizo,
- 23 Que tengo reservados para el tiempo de angustia,
- Para el día de la guerra y de la batalla?
- 24 ¿Por qué camino se reparte la luz,
- Y se esparce el viento solano sobre la tierra?
- 25 ¿Quién repartió conducto al turbión,
- Y camino a los relámpagos y truenos,
- 26 Haciendo llover sobre la tierra deshabitada,
- Sobre el desierto, donde no hay hombre,
- 27 Para saciar la tierra desierta e inculta,
- Y para hacer brotar la tierna hierba?
- 28 ¿Tiene la lluvia padre?
- ¿O quién engendró las gotas del rocío?
- 29 ¿De qué vientre salió el hielo?
- Y la escarcha del cielo, ¿quién la engendró?
- 30 Las aguas se endurecen a manera de piedra,
- Y se congela la faz del abismo.
- 31 ¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades,
- O desatarás las ligaduras de Orión?
- 32 ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos,
- O guiarás a la Osa Mayor con sus hijos?
- 33 ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos?
- ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?
- 34 ¿Alzarás tú a las nubes tu voz,
- Para que te cubra muchedumbre de aguas?
- 35 ¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan?
- ¿Y te dirán ellos: Henos aquí?
- 36 ¿Quién puso la sabiduría en el corazón?
- ¿O quién dio al espíritu inteligencia?
- 37 ¿Quién puso por cuenta los cielos con sabiduría?
- Y los odres de los cielos, ¿quién los hace inclinar,
- 38 Cuando el polvo se ha convertido en dureza,
- Y los terrones se han pegado unos con otros?
- 39 ¿Cazarás tú la presa para el león?
- ¿Saciarás el hambre de los leoncillos,
- 40 Cuando están echados en las cuevas,
- O se están en sus guaridas para acechar?
- 41 ¿Quién prepara al cuervo su alimento,
- Cuando sus polluelos claman a Dios,
- Y andan errantes por falta de comida?
39
- 1 ¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses?
- ¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo?
- 2 ¿Contaste tú los meses de su preñez,
- Y sabes el tiempo cuando han de parir?
- 3 Se encorvan, hacen salir sus hijos,
- Pasan sus dolores.
- 4 Sus hijos se fortalecen, crecen con el pasto;
- Salen, y no vuelven a ellas.
- 5 ¿Quién echó libre al asno montés,
- Y quién soltó sus ataduras?
- 6 Al cual yo puse casa en la soledad,
- Y sus moradas en lugares estériles.
- 7 Se burla de la multitud de la ciudad;
- No oye las voces del arriero.
- 8 Lo oculto de los montes es su pasto,
- Y anda buscando toda cosa verde.
- 9 ¿Querrá el búfalo servirte a ti,
- O quedar en tu pesebre?
- 10 ¿Atarás tú al búfalo con coyunda para el surco?
- ¿Labrará los valles en pos de ti?
- 11 ¿Confiarás tú en él, por ser grande su fuerza,
- Y le fiarás tu labor?
- 12 ¿Fiarás de él para que recoja tu semilla,
- Y la junte en tu era?
- 13 ¿Diste tú hermosas alas al pavo real,
- O alas y plumas al avestruz?
- 14 El cual desampara en la tierra sus huevos,
- Y sobre el polvo los calienta,
- 15 Y olvida que el pie los puede pisar,
- Y que puede quebrarlos la bestia del campo.
- 16 Se endurece para con sus hijos, como si no fuesen suyos,
- No temiendo que su trabajo haya sido en vano;
- 17 Porque le privó Dios de sabiduría,
- Y no le dio inteligencia.
- 18 Luego que se levanta en alto,
- Se burla del caballo y de su jinete.
- 19 ¿Diste tú al caballo la fuerza?
- ¿Vestiste tú su cuello de crines ondulantes?
- 20 ¿Le intimidarás tú como a langosta?
- El resoplido de su nariz es formidable.
- 21 Escarba la tierra, se alegra en su fuerza,
- Sale al encuentro de las armas;
- 22 Hace burla del espanto, y no teme,
- Ni vuelve el rostro delante de la espada.
- 23 Contra él suenan la aljaba,
- El hierro de la lanza y de la jabalina;
- 24 Y él con ímpetu y furor escarba la tierra,
- Sin importarle el sonido de la trompeta;
- 25 Antes como que dice entre los clarines: ¡Ea!
- Y desde lejos huele la batalla,
- El grito de los capitanes, y el vocerío.
- 26 ¿Vuela el gavilán por tu sabiduría,
- Y extiende hacia el sur sus alas?
- 27 ¿Se remonta el águila por tu mandamiento,
- Y pone en alto su nido?
- 28 Ella habita y mora en la peña,
- En la cumbre del peñasco y de la roca.
- 29 Desde allí acecha la presa;
- Sus ojos observan de muy lejos.
- 30 Sus polluelos chupan la sangre;
- Y donde hubiere cadáveres, allí está ella.
40
1 Además respondió Jehová a Job, y dijo:
- 2 ¿Es sabiduría contender con el Omnipotente?
- El que disputa con Dios, responda a esto.
3 Entonces respondió Job a Jehová, y dijo:
- 4 He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé?
- Mi mano pongo sobre mi boca.
- 5 Una vez hablé, mas no responderé;
- Aun dos veces, mas no volveré a hablar.
Manifestaciones del poder de Dios
6 Respondió Jehová a Job desde el torbellino, y dijo:
- 7 Cíñete ahora como varón tus lomos;
- Yo te preguntaré, y tú me responderás.
- 8 ¿Invalidarás tú también mi juicio?
- ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú?
- 9 ¿Tienes tú un brazo como el de Dios?
- ¿Y truenas con voz como la suya?
- 10 Adórnate ahora de majestad y de alteza,
- Y vístete de honra y de hermosura.
- 11 Derrama el ardor de tu ira;
- Mira a todo altivo, y abátelo.
- 12 Mira a todo soberbio, y humíllalo,
- Y quebranta a los impíos en su sitio.
- 13 Encúbrelos a todos en el polvo,
- Encierra sus rostros en la oscuridad;
- 14 Y yo también te confesaré
- Que podrá salvarte tu diestra.
- 15 He aquí ahora behemot, el cual hice como a ti;
- Hierba come como buey.
- 16 He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos,
- Y su vigor en los músculos de su vientre.
- 17 Su cola mueve como un cedro,
- Y los nervios de sus muslos están entretejidos.
- 18 Sus huesos son fuertes como bronce,
- Y sus miembros como barras de hierro.
- 19 El es el principio de los caminos de Dios;
- El que lo hizo, puede hacer que su espada a él se acerque.
- 20 Ciertamente los montes producen hierba para él;
- Y toda bestia del campo retoza allá.
- 21 Se echará debajo de las sombras,
- En lo oculto de las cañas y de los lugares húmedos.
- 22 Los árboles sombríos lo cubren con su sombra;
- Los sauces del arroyo lo rodean.
- 23 He aquí, sale de madre el río, pero él no se inmuta;
- Tranquilo está, aunque todo un Jordán se estrelle contra su boca.
- 24 ¿Lo tomará alguno cuando está vigilante,
- Y horadará su nariz?
41
- 1 ¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo,
- O con cuerda que le eches en su lengua?
- 2 ¿Pondrás tú soga en sus narices,
- Y horadarás con garfio su quijada?
- 3 ¿Multiplicará él ruegos para contigo?
- ¿Te hablará él lisonjas?
- 4 ¿Hará pacto contigo
- Para que lo tomes por siervo perpetuo?
- 5 ¿Jugarás con él como con pájaro,
- O lo atarás para tus niñas?
- 6 ¿Harán de él banquete los compañeros?
- ¿Lo repartirán entre los mercaderes?
- 7 ¿Cortarás tú con cuchillo su piel,
- O con arpón de pescadores su cabeza?
- 8 Pon tu mano sobre él;
- Te acordarás de la batalla, y nunca más volverás.
- 9 He aquí que la esperanza acerca de él será burlada,
- Porque aun a su sola vista se desmayarán.
- 10 Nadie hay tan osado que lo despierte;
- ¿Quién, pues, podrá estar delante de mí?
- 11 ¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya?
- Todo lo que hay debajo del cielo es mío.
- 12 No guardaré silencio sobre sus miembros,
- Ni sobre sus fuerzas y la gracia de su disposición.
- 13 ¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura?
- ¿Quién se acercará a él con su freno doble?
- 14 ¿Quién abrirá las puertas de su rostro?
- Las hileras de sus dientes espantan.
- 15 La gloria de su vestido son escudos fuertes,
- Cerrados entre sí estrechamente.
- 16 El uno se junta con el otro,
- Que viento no entra entre ellos.
- 17 Pegado está el uno con el otro;
- Están trabados entre sí, que no se pueden apartar.
- 18 Con sus estornudos enciende lumbre,
- Y sus ojos son como los párpados del alba.
- 19 De su boca salen hachones de fuego;
- Centellas de fuego proceden.
- 20 De sus narices sale humo,
- Como de una olla o caldero que hierve.
- 21 Su aliento enciende los carbones,
- Y de su boca sale llama.
- 22 En su cerviz está la fuerza,
- Y delante de él se esparce el desaliento.
- 23 Las partes más flojas de su carne están endurecidas;
- Están en él firmes, y no se mueven.
- 24 Su corazón es firme como una piedra,
- Y fuerte como la muela de abajo.
- 25 De su grandeza tienen temor los fuertes,
- Y a causa de su desfallecimiento hacen por purificarse.
- 26 Cuando alguno lo alcanzare,
- Ni espada, ni lanza, ni dardo, ni coselete durará.
- 27 Estima como paja el hierro,
- Y el bronce como leño podrido.
- 28 Saeta no le hace huir;
- Las piedras de honda le son como paja.
- 29 Tiene toda arma por hojarasca,
- Y del blandir de la jabalina se burla.
- 30 Por debajo tiene agudas conchas;
- Imprime su agudez en el suelo.
- 31 Hace hervir como una olla el mar profundo,
- Y lo vuelve como una olla de ungüento.
- 32 En pos de sí hace resplandecer la senda,
- Que parece que el abismo es cano.
- 33 No hay sobre la tierra quien se le parezca;
- Animal hecho exento de temor.
- 34 Menosprecia toda cosa alta;
- Es rey sobre todos los soberbios.
Confesión y justificación de Job
42
1 Respondió Job a Jehová, y dijo:
- 2 Yo conozco que todo lo puedes,
- Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
- 3 ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?
- Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;
- Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.
- 4 Oye, te ruego, y hablaré;
- Te preguntaré, y tú me enseñarás.
- 5 De oídas te había oído;
- Mas ahora mis ojos te ven.
- 6 Por tanto me aborrezco,
- Y me arrepiento en polvo y ceniza.
7 Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job. 8 Ahora, pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job. 9 Fueron, pues, Elifaz temanita, Bildad suhita y Zofar naamatita, e hicieron como Jehová les dijo; y Jehová aceptó la oración de Job.
Restauración de la prosperidad de Job
10 Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. 11 Y vinieron a él todos sus hermanos y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él; y cada uno de ellos le dio una pieza de dinero y un anillo de oro. 12 Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas, 13 y tuvo siete hijos y tres hijas. 14 Llamó el nombre de la primera, Jemima, el de la segunda, Cesia, y el de la tercera, Keren-hapuc. 15 Y no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos. 16 Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. 17 Y murió Job viejo y lleno de días.
© 1960. Sociedades Bíblicas Unidas